La primera victoria de Fernando Gago al mando de Boca Juniors llegó en un momento clave, con una goleada 4-1 contra Godoy Cruz que no solo le dio tres puntos vitales, sino que también proporcionó el oxígeno necesario para un equipo que atraviesa un mal momento futbolístico. 

El triunfo sirvió como una bocanada de aire fresco para el ciclo de Gago, que necesitaba urgentemente recuperar la confianza del plantel y la de una hinchada que había comenzado a cuestionar tanto a jugadores como a la dirigencia.

El partido comenzó de la peor manera, con un gol de Godoy Cruz a los pocos minutos, producto de un zapatazo de Salomón Rodríguez que le rompió el arco a Leandro Brey. Sin embargo, la respuesta de Boca fue inmediata: Brian Aguirre, en una jugada colectiva, empató rápidamente y cambió la energía del partido. Ese gol no solo significó el empate, sino que marcó un cambio de actitud en el "Xeneize", que a partir de ahí se mostró mucho más intenso y comprometido con el juego.

La transformación de Boca fue clara. Edinson Cavani, quien se había mostrado líder dentro de la cancha, anotó el segundo gol tras una gran jugada colectiva que evidenció el trabajo que Gago empieza a implementar. 

El tercer gol llegó los primeros minutos del complemento gracias a Marcelo Saracchi, quien aprovechó un error defensivo entre Lucas Arce y el arquero Franco Petroli para definir con tranquilidad y darle a Boca una ventaja más cómoda. 

El cuarto y el más esperado, fue para Exequiel Zeballos, quien, luego de volver de una extensa lesión, selló la victoria con una emocionante celebración. Su beso al escudo se convirtió en la imagen de la jornada, simbolizando la alegría de un jugador y de todo el plantel, que por fin encontró el camino en medio de la adversidad.

Este triunfo, además de los tres puntos, representó un quiebre en el ánimo de Boca. El equipo mostró una mejor versión, con más intensidad, una mayor conexión entre los jugadores y una búsqueda constante del arco rival. 

Aunque los errores defensivos siguen siendo un tema pendiente, sobre todo al hablar de Marcos Rojo, la actitud fue completamente distinta a la de partidos anteriores. Los jugadores se comprometieron con el estilo de juego de Gago, que empezó a dar señales de su funcionamiento.